sábado, 25 de diciembre de 2010

Secret / Secreto

'La felicidad yace en tus propias manos'.

Es así como Madonna anuncia en la mencionada canción, nuestra capacidad de decidir en función a lo que concebimos como felicidad.
Nuestro bienestar depende de nosotros mismos y en varias obras de la literatura mundial ha sido, es y seguirá siendo uno de los temas más recurrentes a debatir. Ni que hablar de los escritos sobre Psicología, pero no es sobre los que ahora hablaré. Recordemos un poco lo que, en sus cartas enviadas a su adorado amigo Guillermo, Werther -una de las mejores creaciones de J.W. Goethe- nos hace reflexionar al igual que Madonna: está en cada uno propiciarse la felicidad. Todos sabemos que cada vez que optamos por algo, decimos ciertas palabras, escribimos algo, estamos eligiendo manifestarnos en pos de lo que internamente nos está moviendo a expresarnos para que, de esa forma, podamos evidenciar nuestras ideologías, opiniones y gustos, lo cual nos constituye como personas que persiguen su propia felicidad. Es decir: lo que digamos, no sólo va a dar un mensaje directo, sino también enviará "de refilón" un metamensaje, en el cual mostramos qué cosas pensamos como positivas y cuáles como negativas y así, desterrando estas últimas (condenándolas desde nuestros discursos) por medio de la palabra, y enalteciendo las primeras, estamos transmitiendo qué es lo que concebimos como felicidad, que es todo lo que consideramos como buenas.
Podríamos imaginarnos como autores (escritores, ¿por qué no?) de nuestros propios libros de días. Cada quien es redactor, productor, guionista y hasta actor de la obra que escribe para sí mismo. Toda palabra que emerja de nuestras manos artísticas, será tanto condicionante como perseguidora de lo que vivamos luego. Nuestras "manos" poseen esa capacidad potencial tanto de guardar como de expresar lo que nos hace felices.
Ahora bien: el secreto radica muchas veces en saber descifrar lo que tenemos en nuestras manos y saber que es en ellas donde vamos a encontrar las respuestas de lo que para nosotros (cada uno tendrá la suya, muchas de las cuales serán grosamente compartidas y otras -la mayoría- serán propias de cada persona dada la inexistencia de identidades gemelas) es sinónimo de bienestar, alegría, plenitud. Claro está que si sólo nos limitamos a seguir la ley de lo que los demás nos dictan, estamos permitiendo que otros escriban nuestra obra de teatro personal que es nuestra Vida. Sin embargo, en el momento en que decidimos hacer un ensayo en base a lo que sentimos, somos dueños de esos escritos y, si bien también somos responsables por lo que escribimos para nosotros, también habrá que considerar que toda la vida es mejor equivocarse habiendo tomado nosotros mismos una decisión que provocó ese error, que penar por causa de un tercero a quien le hemos permitido escribir por nosotros nuestra historia.

sábado, 11 de diciembre de 2010

I won't change you / No te cambiaré

A pesar de que esta canción fue nombrada y por ende traducida de diferentes maneras, voy a considerar que el título real es "I won't change you" y no "I won't change", aunque el tema a tratar será una combinación de los significados de los dos encabezados posibles.

Yo solía cambiar mi acento, cambiar mi actitud / Mi número de teléfono, la forma en que bailaba / Algunas personas cambian los amantes como cambian sus hojas / Pero no voy a cambiarte, cariño, tu eres para conservar / Yo solía pensar que tenía que cambiar la manera que soy / Para sentirme mejor, para conseguir a un hombre / Pero una vez que dejé de intentarlo te encontré a ti / Tu me encontraste a mí / así que ahí me mantuve / Oh, sí! sé que no soy perfecta, bebé / Oh, sí! no es razón para volverse loco / Oh, sí! niño siempre podes contar conmigo / Para bien o para mal siempre serás importante / Ahora que te he encontrado / Has cambiado mi vida / Porque tu eres el que me mostró que / Tengo todo bien / Nosotros nunca vamos a diferir porque sabemos que es verdad / Así que no me cambies y no te voy a cambiar / (...)

La realidad es que tanto el "No me cambies" como el "No te cambiaré" son, en cuanto a implicancias psíquicas, acciones complementarias. Se necesitan mutuamente y una determina la existencia de la otra, siempre que estemos dentro del campo de la salud mental.
Porque después de todo, si alguien desea cambiarnos, no está queriéndonos (ni bien ni mal, directamente NO nos quiere, pues no nos acepta tal como somos). Entonces esa persona que constantemente está criticando nuestra forma de ser, que está destacando de modo continuo nuestros defectos, recalcando lo que deberíamos transformar de nuestra apariencia (a eso exclusivamente apunta la canción) y hasta, muchas veces, el modo en que actuamos y nuestra personalidad, debe tener en cuenta que, siempre que aplique la ley de modificación para con el otro (a cualquier nivel: físico, psíquico, actitudinal, etc.), también será medido bajo esa misma norma y ahora sí: "no me cambies y no te cambiaré"; "cambiame y te cambiaré o te cambiarán".
Es importante considerar que si medimos la distancia de nuestra casa hasta Mar del Plata en kilómetros, no está moralmente ni "justicieramente" correcto, exigir que el de al lado, calcule esa trayectoria en millas, ya que no es algo común a nuestra realidad como argentinos que usamos kilómetros y no millas para las distancias. Además, estaríamos pidiendo del otro un manejo de unidades desconocidas, pertenecientes a otro país, que implican una investigación de equivalencias entre las millas y los kilómetros, etc.
Con todo esto sólo quiero hacer pensar que si actuamos como "jueces de guerra" para con los que nos rodean, no es injustificado que ellos también se manejen hacia nosotros con dicha "investidura" (la de "juez de guerra"); de hecho, está más que argumentado que así lo hagan. Y, si por alguna razón, no son aquellos a los que, de algún modo sometimos a nuestro 'piacere' de cambios los que nos devuelvan nuestra propia medicina, no cabe la más mínima duda de que siempre estará quien nos mida con las medidas en que nos encargamos de mesurar a los otros.
Así que no intentemos cambiar a los otros para que sean de la manera en que a nosotros se nos place. Aceptemos al otro tal como es y si no es lo que esperábamos, sólo dejémoslo ser, sin cambiarlo, porque no nos agradará ni un poquito cuando alguien venga y nos exija un cambio de aspecto tanto externo como interno!

domingo, 5 de diciembre de 2010

It's my life! / Es mi vida!

Voy a empezar con una parte que no es exactamente el inicio de la canción interpretada por Gwen Stefani, que es la siguiente:

"Es curioso cómo me ciego / Nunca supe qué sería / si fuera jugador / por miedo a perder"
Muchas veces no nos animamos a ser protagonistas de grandes películas a causa de temerle al fracaso (aunque, en última instancia, a lo que más le tememos es al éxito, pues con la sucesión de lo que vivimos como 'fracasos', crecemos y nuestra vida termina siendo un gran 'éxito de taquilla' dados los infortunios). Lo cierto es que si nunca nadie se hubiera animado a nada, no existiríamos. Se me da por pensar en qué diablos hubiera hecho el linaje homo, si luego de tanto que debió luchar contra los avatares del clima y la escases alimentaria, sólo se hubiese dispuesto a abandonarse y morir. Es obvia la respuesta: ¡ninguno de nosotros existiría!
La verdad es que los seres humanos siempre han arriesgado (y por ende, ganado y perdido) en pos de mejorar su situación del momento. Buscamos, constantemente estar mejor. Aunque lo real es que muchas veces no contamos (al menos eso pensamos) con Todas las herramientas que nos facilitarían el progreso. Pero, volviendo a los homos... ¿acaso ellos contaban con armas de alta tecnología? NO.
Bien, será entonces cuestión de dejar de pensar en un tiempo ideal para hacer cambios que procuren nuestro bienestar y mejoría: se trata de dejar de dilatar el momento decisivo de una transformación de nuestra realidad, sintiendo que habría que esperar a condiciones más "apropiadas" y hasta más "perfectas" para que salgamos a escena a actuar de NOSOTROS MISMOS y no de quienes los otros esperan que seamos.
Cuando experimentamos ese intenso temor de fracaso, estamos, únicamente, sintiendo que los resultados pueden no llegar a ser como los demás esperan, de nosotros, que sean. Por eso cuando "fracasamos", de ese modo estamos siendo exitosos. A ver... para ser más específica: si hago A para complacer a 0 y me sale B (lo que me complace a mí, sólo por oposición de no complacer a 0), estaré sintiendo una especie de regocijo interno. Pero el problema es que ese continuo intento de satisfacer al otro nos deja, cuando no lo logramos, en una situación nefasta: porque si bien "ganamos" nosotros, tuvimos éxito en la oposición hacia el que "manda", ese otro, nos culpa indefinidamente. Y mucho más cuando lo acostumbramos a que sea él /ella quien SIEMPRE gana, aún en detrimento de nosotros mismos y nuestras necesidades y elecciones.
Por ende, será muy fácil temerle al salir a escena, porque nunca jugamos el rol que deseamos jugar: el nuestro.

Y esto es muy bien sintetizado con el estribillo de esta canción de No Doubt:
"Es mi vida / No lo olvides / Es mi vida / Nunca termina"
Aunque evidentemente quien primero que nadie no debe olvidar que la vida de cada uno es la de sí mismo, soy Yo. Sino estamos fritos, pidiéndole al otro que recuerde que Yo soy un individuo al que se debe respetar sin que Yo me respete.
Por último, nuestra existencia termina no cuando el otro lo desea, sino cuando Yo decido que termine (no considero las circunstancias externas y por ende incontrolables como ser accidentes de tránsito, asesinatos ni nada de lo que puede depender de la decisión de jugar a ser Dios por parte de los psicópatas).

El resto, ¡viene por añadidura!

viernes, 26 de noviembre de 2010

Jump / Saltar


Hay sólo muchas cosas que puedes aprender en un lugar / mientras más tiempo permanezco, más tiempo pierdo / No tengo mucho tiempo que derrochar, es tiempo de hacer mi camino / no temo lo que enfrentaré, sino que temo permanecer aquí / Voy a hacer mi propio camino y puedo hacerlo sola / lo trabajaré, lo pelearé, hasta encontrar un lugar propio / Vos, ¿estás listo para saltar? / Alistate para saltar / Nunca mires atrás, querido / Sí, Yo estoy preparada para saltar


Estar listo para comenzar a recorrer un camino nuevo, no es nada fácil. De hecho, desde el momento en que decidimos que el camino en el que estamos no es aquél que de verdad deseamos para nosotros, y por ende, es tiempo de procurarnos una ruta mejor y nos ponemos en marcha, todo parece muy "abstracto" de lo inmenso que nos parece el hecho, en sí, de construir nuestra propia vida. Quiero decir, tomar conciencia de que es nuestro DEBER comprometernos con nosotros mismos y movernos para ejecutar acciones que avalen nuestra obligación para con la propia persona, suele sonarnos tremendamente inalcanzable, algo así como si nos propusiéramos escalar el Aconcagua. El tema es que es muy común pensarnos despojados de equipo que nos permita ejecutar de modo efectivo y exitoso, la escala. Porque esa concepción de desprovistos, es la que comúnmente experimentamos ante lo nuevo y desconocido. Por otra parte, también sentimos temores frente a lo que se nos presenta como totalmente innovador. Es absolutamente normal. Por esta superación de los miedos y todas sensaciones de inseguridad que encontramos cuando tenemos que estar al pie de un cañón nunca antes visto, es que podemos sentir una completud y una "saciedad" espiritual y humana, que alimenta nuestra autoestima y autovaloración. Ir lenta pero firmemente, alcanzando de forma paulatina nuestros objetivos, con cada paso hacia la cima bien previamente identificada, es lo que hará que no sólo que podamos disfrutar de todos y cada uno de nuestros "mini logros", sino que podamos sentir júbilo por lo que alcanzamos a cada paso. Esa alegría es lo que servirá de cimiento inamovible a la hora de enfrentarnos con objetivos que impliquen un salto mayor.
Igual, lo importante no es cuán largo deba ser el salto que tengamos que dar, porque la longitud siempre viene de la mano de cuán preparados seamos capaces de saltar; lo trascendental radica pura y exclusivamente en el hecho de decidirnos a saltar sin tener un instante de duda, porque, desde el principio, cuando nos pusimos en carrera para ejecutar el movimiento, apostamos que esa era la meta que nos llenaría como seres humanos y emularía nuestra realidad actual, que nos parece mediocre y ordinaria (en la acepción de "común").
No hay que dudar de que lo fundamental es saltar hacia un mejor nivel que nos está esperando para hacernos más felices, y no quedarnos donde estamos, algo que, tal como dice Madonna en su canción, es absolutamente temible. Ya que no saltar, no salir de donde estamos, implica por definición, una inmovilización física y por ende psíquica. Nadie merece estar de por vida estancado donde está. Todos estamos llamados a crecer y para eso no hay más remedio que saltar, saltar y saltar!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Yo y mi imaginación / Me and my imagination

Me And My Imagination

Vamos a jugar un juego, sólo vos y yo / Nunca debes ser ganado, tan fácilmente / Tus ojos son el premio, Yo también valgo la espera / Y no es necesario saber el final pues querido / la magia está donde el mito se mantiene / estoy bajo tu conjuro, no me liberes / Nunca abandones el juego / trata de mantenerme entretenida, baby / no lo hagas demasiado fácil / dejá algo para mí y mi imaginación / Somos una posibilidad cuando lo haces duro para mí baby / no estoy apurada / dejá algo para mí y mi imaginación / No necesito saber todos y cada uno de tu trucos / así que mantenme en vilo, baby / pues escondido en tus ojos hay un misterio / Quiero entrar donde se mantiene la magia y el mito se remite / estoy bajo tu conjuro, no me liberes.

Cierto es que a las relaciones se las necesita alimentar de algún modo especial, indirecto y evidenciando los sentimientos de forma camuflada y disfrazada. Ir al grano de forma muy lineal, no sólo tira abajo todo juego de seducción sino que también pincha el globo de la erotización por parte del otro. Quiero decir, el ambiente psíquico de la incertidumbre provoca una mayor fantasía y dar rienda suelta a la imaginación es importante para mantener la motivación que nos mueve hacia el otro para poder vislumbrar lo que hay detrás de ese juego.
La realidad es que el desafío erotiza y por ende, todo reto ante los ojos humanos, implican un encause de la libido (energía psíquica sexual) que tienen como finalidad la movilización de la persona con una consecuente puesta en práctica de actos que hagan que el otro demuestre lo que esconde bajo la manga de sus accionares.
"Lo que fácil viene, fácil se va", suele decirse. Y lo que se gana con poco esfuerzo es tachado de fácilmente alcanzable, por lo cual, aunque tenga un valor análogo al del platino, muy poco valuado será por aquel que encontró tal metal precioso de una forma tan simple. Para darles el precio que merecen, a las cosas hay que poder llegar por medio de "trabajo duro". Éste, puede o no existir en tanto el objetivo sea o no muy lejano (y por ende desafiante). Mientras dejemos que la pelota quede picando dentro de la mente del otro, estaremos incentivándolos a que se permitan fantasear con una parte oculta de lo que les ponemos ante sus ojos de forma indirecta.
La posibilidad de fantasear es lo que permite que las relaciones no se agoten en sí mismas y que, junto a ello, sigan creciendo, porque se fortalecen partes que surgen a partir de la imaginación de los dos seres implicados (que hacen tanto al conocimiento del otro como al personal) en lo que respecta a la relación per se.
Lo cotidiano aburre y termina haciendo que nuestras cabezas generen el preconcepto de que siempre será todo igual. Si bien responde a una ternura inherente de muchos seres humanos, la demostración y el decir lo que se siente, hay veces en que es necesario callarse para que el otro piense que se está otorgando algo y por ende, pueda imaginarse mil cosas. Si alguien se manifiesta constantemente al alcance de la mano del otro, pierde su valoración personal, porque todos debemos hacernos desear y también es derecho nuestro que luchen por obtenernos. Que nos ganen es parte del juego de la seducción y para ello es imprescindible que dejemos al otro y a su imaginación algo sobre lo cual repensar. Y obviamente, debemos también exigir (algo que queda implícito desde el momento en que uno se marca como territorio de difícil ingreso) que se nos dejen cosas para nosotros y nuestra imaginación.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Today the sun's on us / Hoy el sol está sobre nosotros


Puedo ver que estás en algún lugar lejano / atrapado en otro lugar / donde nada está yendo bien / No deberías preocuparte por lo que podría llegar a suceder como peor / Cuando estás a mi lado / no busques tiempos problemáticos / ahora, cuando todo está bien / Necesitas enfrentar lo malo para ver lo bueno / y eso es lo que haces / pero no dejes que la sombra arruine la vista bella / de lo que te rodea / No hay lluvia, no hay tormenta / aún cuando el cielo celeste te hace dudar / no temas lo que vendrá / Y ahora mismo estamos bajo el sol / Seguramente, las estaciones cambian / pero no pierdas el día de hoy / Porque hoy el sol está sobre nosotros / Sos tan agitado / debajo de la superficie / no pienses que no lo noto / es algo que no puedes ocultar / cuando estás luchando en contra de la marea (...)

Esta canción habla de muchas cosas importantes que bien reúne, bajo el mismo título, los diversos pero no opuestos conceptos que todos vivimos a diario.
Iré abordando uno a uno, empezando por considerar que suele sucedernos que intentamos adelantarnos a las situaciones, hacemos lo que desde la Psicología se denomina "profecías anunciadas" -las cuales, desde dicho campo, ya son portadoras de una connotación negativa, porque implican hacernos videntes de hechos malos que, sin remedio, estamos esperando que nos ocurran y a los cuales nos auto-condenamos- y dejamos de lado el presente. No me meteré, ahora, en lo que respecta a vivir el hoy y dejar al futuro, sólo ser. Mi propósito, en este momento, es concentrarme en las consecuencias psíquicas y hasta físicas que traen aparejadas las ya denominadas "profecías anunciadas". Porque cuando uno está constantemente tratando de adelantarse a los acontecimientos, desperdicia mucha de la energía que nuestra mente nos provee para sólo un mísero momento. Quiero decir, una ínfima parte de la cantidad energética que poseemos, es la que ponemos en práctica. Luego, si sabemos que fisiológicamente así estamos preparados (para generar el menor gasto posible de energía), y consideramos que la mente (en tanto entidad física como intelectual) consume la mayor parte de dicha pequeña porción de esa energía aprovechable, ¿para qué hemos de desperdiciarla pensando en lo que puede llegar a sucedernos en un futuro incierto? O sea, es importantísimo pensar a futuro, pero no hacerlo condenándonos a que ese porvenir será malo y, mucho menos, vale la pena predeterminarlo como peor que el presente. Porque de ese modo, es que nuestra cabeza empieza a dar rienda suelta a la locura de las conjeturas e hipótesis negras, y no sólo estamos perdiendo el tiempo con cosas que ni sabemos si sucederán o no, sino que también, esa pérdida es triple: no sólo es de tiempo, sino también de energía y autoestima. Enfrentar lo malo, es bueno siempre que se aprenda de lo primero para sacar provecho en pos de aprendizajes. Sin embargo, es un grave problema enquistarnos en lo malo, llegando a límites neuróticos de opacar las (otras -entre paréntesis porque a veces ni siquiera evidenciamos al menos una de ellas) vistas que ese acontecimiento negativo nos deja. ¡Ni qué hablar de lo que tenemos alrededor nuestro! Puede llegar a ser motivación movilizadora para nuestras mejoras pero ni siquiera las consideramos porque tenemos la mente puesta en el "problema".
Lo peor es cuando sucede que realmente no hay lluvia ni tormenta ni nada... nada más que un brillante sol que nos está iluminando; que nos está demostrando que nacimos para ser iluminados e iluminar a otros, para dar LO MEJOR DE NOSOTROS (para NO ACHANTARNOS, si quisiera utilizar términos antes publicados por mí en este blog). Ya que el peor dolor llega a nosotros cuando nos damos cuenta de que todo lo que considerábamos "problemático" en realidad no existe ni nunca existió: sólo fue producto de los trucos que nos juega la mente. Si nos sentimos con temores de enfrentar la vida, habrá que empezar por aceptar que Ésa es nuestra dificultad, e, inmediatamente, preguntarnos qué es lo que queremos: seguir sin vivir, por temor al fracaso (que tiene tanto de posible como de imposible: 50 y 50) o comenzar a vivir como merecemos, siendo personas que puedan desarrollar sus capacidades de resiliencia a cada paso mal dado.
Para terminar, quisiera dejar como pregunta personal si es que somos conscientes del sol que nos está dando luz constantemente, iluminándonos el camino que deberíamos seguir para ser felices. Es muy importante que sepamos hacia dónde estamos yendo y no tanto, de qué estamos huyendo. Porque este último camino no necesariamente nos conduce al "no dolor". A veces, puede que parezca que nos está haciendo las cosas un poco "más fáciles" (que las que la vida nos promete), pero, ¿será que es realmente un camino correcto para recorrer? Y, en última instancia, ¿será que es realmente un camino para recorrer?

viernes, 5 de noviembre de 2010

Push / Empujas

Me empujas para ir una milla extra / Me empujas cuando sea difícil sonreír / Me empujas a una versión mejor de mi / Me empujas, sólo tú y nadie más / Me empujas para ver otro el punto de vista / Me empujas cuando pienso que no hay nada más que hacer / Me empujas cuando creo que lo sé todo / Me empujas cuando tropiezo y caigo / Continúa empujándome, como nadie / Cada cosa que gano / Cada humor que tengo / Todo lo que hago / Lo debo todo a tu confianza en mí* / Cada movimiento que hago / Cada Paso que doy / Mucho de lo que sé / Es debido a que me empujas / Me empujas cuando no valoro / Me empujas a no mentir y no odiar / Me empujas cuando quiero que todo termine / Me empujas cuando realmente necesito a alguien / Me presionas cuando todo lo que quiero hacer es llorar / Me empujas cuando es dificil para mi intentar / Me empujas cuando me "corto sola" haciendo las cosas / Me empujas sólo tú y nadie más (...)

Antes de comenzar a desentrañar la letra de Madonna, debo poner de manifiesto mi creencia sobre la concepción que tengo de la exigencia. Sostengo arraigadamente que lo que se exige que una persona haga (no me voy a meter en el terreno de las formas Pragmáticas de la enunciación y sus consecuencias psíquicas, porque no es mi objetivo ahora) es algo que se sabe, a priori, porque así antes fue demostrado, que esa persona exigida es absolutamente capaz de efectuar lo que se le requirió. Por ejemplo, y ahora sí apelando al texto de la canción, muchas veces, los seres humanos necesitamos un incentivo externo que nos sirva de motor para continuar (y hasta iniciarse) en la carrera (entendiéndola a ésta como el camino personal). Esto nos pasa porque, como seres humanos no somos nada parecido a lo perfecto, y hartas veces, tenemos el motor interno (esto es, la autoestima) un poco gastado, deteriorado y algo agotado, producto de la vida cotidiana y la vorágine en la que estamos metidos como mundo.
Por eso es que es tan importante para uno que haya alguien en su vida (todos tenemos a alguien) que lo esté empujando para continuar, salir adelante de las situaciones malas / dolorosas / en las que nos enquistamos, mejorar, valorarnos más allá del discurso y la mirada externos. Ya que esas personas son quienes deben tener un doble reconocimiento: son los que efectúan una exigencia (moral, en el fondo) de compromiso de nuestra parte y, además, lo hacen porque nos quieren ver bien.
Muchas personas podrán no darse cuenta de que los demás ponen límites porque justamente quieren que no nos descarrilemos y acabemos con todo lo que construimos hasta el momento. Sin embargo, todos sabemos que los "puntos sobre las íes" son más que necesarias para la formación de un individuo (¿civilizado?) que será una persona con todas las letras, si es que se ajusta a no sobrepasar la periferia de lo que debería hacer.
Si constantemente sometemos ese tipo de vínculos a presiones extremas, en las que estamos jugando al borde de modo incesante, es probable que en algún momento la soga se corte. No necesariamente porque el otro se harte de ese juego (dado que muchas veces esa persona está hasta profesionalmente capacitada para darse cuenta cuándo realmente se está sobrepasando una delgada línea hacia el riesgo absoluto y ahí sí sería el caso de que el otro decida, al menos, tomar medidas de prevención para que quien está jugando con fuego, no se queme), sino porque puede acaecerle al individuo que se extralimita, que se le corte la soga y por ende, como una relación se hace de a dos, no hay más vínculo, porque el jugador desapareció.
En síntesis, es de una gran trascendencia, para la parte que "nos empuja" que sepa cuánto nos está ayudando. Por dos motivos: primero porque refuerza su autoestima (en tanto estamos valorando lo que hace por nosotros) y segundo porque nos hace más sensibles al agradecimiento, algo que como seres humanos tenemos bastante guardados por preconceptualizarlo como algo de poca relevancia... Pero ojo! Para el otro, lejos de ser poco significativo, es un gran incentivo para seguir ayudándonos y sentirse de lo mejor cuando se ven resultados en aquel al que da una mano (¡Y qué mano!).

miércoles, 27 de octubre de 2010

Nothing really matters / Nada realmente importa

"Nada realmente importa / El amor es todo lo que necesitamos / Todo lo que te doy / Todo vuelve a mí"
Son las palabras que, en el estribillo madonnista, se entonan con resonancia hasta espiritual. Lo mejor de las letras de las canciones de Madonna es que son significativas hasta su último punto. Es decir, llevan consigo importantes experiencias de vida que pudo o no haber atravesado la artista, pero que son altamente aplicables a las vivencias humanas.
Y esta canción no escapa de esa característica. Tal como se expresa en la traducción que cité al principio, es necesario diferenciar dos conceptos:
*Primero: el hecho de que sólo es el Amor lo que importa y todo el resto se encuentra en un grado mucho menor que éste (si se quiere hasta en lo que es una relación jerárquica afectivo-vincular). Sin el Amor "a nuestro lado", sin ser capaces de dar en la misma intensidad como de recibir, nada tiene importancia. Esto es: sin el amor como criterio de clasificación, nada existe ni nada vale la pena. Somos seres con sentimientos que pueden oscilar entre el amor y la indiferencia. Y es justamente esa última la que propicia la muerte. Estamos vivos gracias a que amamos y somos amados. Ya en su momento -no recuerdo qué psicólogo conductista- comprobaron desde lo empírico (la experiencia) que niños a los que se les satisfacían las necesidades primarias como la de la alimentación y el abrigo, morían, lastimosamente, a causa de que les era negado (o simplemente no dado) el afecto.
Y es justamente por esa posible y potencial muerte (hasta simbólica o espiritual) que es necesario que hagamos primar, entre nosotros, los seres humanos, al Amor. Sino, nos vamos todos al tacho (dicho lisa y llanamente).
Por otro lado, debemos considerar, cada vez que hacemos algo, que todo lo que se da al otro, se le entrega (no necesariamente hablo de lo material), vuelve indefectiblemente a nosotros. TODO vuelve: es ley. La vida es un búmeran que retorna a su lugar de origen una vez que llegó lo más lejos que pudo. Por eso es tan bueno que procuremos enviar Amor con la ida del búmeran, para que, de este modo, nos vuelva Amor y podamos vivir bien, felices e incluso más tiempo. La calidad de vida es lo que alarga la esperanza de vida. Por ende, y más aún si la calidad depende de cuánto amor damos y recibimos, será imprescindible que seamos portadores de Amor.

Mirando mi vida / Es muy claro para mí / Yo vivía tan egoístamente / Yo era lo único que existía / Me doy cuenta de / Que nadie gana / Algo está terminando / Y algo empieza / Nada hace desaparecer el pasado / como el futuro / Nada hace que la oscuridad sea / igual que la luz / Eres refugio en una tormenta / Encuentro consuelo en tus brazos

Obviamente a todos nos sucede que nos cuesta despegarnos del Narciso que llevamos dentro (el cual nada tiene que ver con la autoestima), pero en el momento en que somos capaces de corrernos del lado de éste, del egoísmo que conlleva estar con "él", nos damos cuenta de que, afortunadamente algo termina y, cual ciclo, ésto lleva "impregnado" un nuevo inicio de sucesos. El futuro es el claro nuevo día (recomienzo del ciclo) de todos nosotros, los seres humanos. Es la renovación constante e implica una forma de redimir todo lo que pudo habernos acaecido en un pasado que ya se terminó. El futuro (Yo, de todas formas, soy más partidaria del Presente como redención de todo acto pasado y como el mejor de los métodos motivadores para superar el pasado y perseguir el futuro) nos provee de la luz que representa, en muchas personas, la oscuridad de un pasado que por más que tratemos de dejar atrás, a veces nos empeñamos tanto en no anclarnos a él, que terminamos atándonos más de lo que desearíamos hacerlo. Ergo, debemos aferrarnos fuertemente a los brazos de los que amamos para poder soportar las tormentas psíquicas que tanto el pasado como el presente nos exhiben. Sin el amor, no existirían los abrazos y sin ellos, moriríamos... Y no deseamos morir.

viernes, 22 de octubre de 2010

Time After Time / Tiempo fuera del tiempo


Acostada en mi cama, escucho el tic tac del reloj, y pienso en ti
Atrapada en los círculos, la confusión no es nada nuevo
Flash back, la noche tibia, casi dejó atrás maleta de recuerdos ... Tiempo después

A veces tú me fotografías, pero yo ya estoy caminando demasiado lejos
Estás llamándome, no puedo escuchar lo que has dicho
Entonces dices - "Ve despacio, pues Yo me estoy quedando atrás - (y no es lo que quiero)"
La segunda mano alivia ...

Si estás perdido, puedes buscar y me encontrarás, una y otra vez
Si te caes te sujetaré, estaré esperando, una y otra vez, pero con el tiempo fuera del tiempo

Me corro de lugar, mi imagen se te desvanece, y la oscuridad se te ha vuelto gris
Mirando por las ventanas, te estás preguntando si estoy bien
Secretos, robados, desde lo más profundo, El tambor suena fuera de tiempo ...

El tema al que la canción remite es el destiempo. A todos nos sucede que tenemos que enfrentarnos, dolorosamente, a destiempos vinculares. Aurora Greenway dijo en su película: "De alguna manera, el amor que ellos sintieron por mí, no se condijo con el momento en que Yo los amé a cada quien".
Muy a pesar de que, como seres humanos que intentamos encontrar el momento propicio para ejecutar ciertos actos, la vida nos demuestra con el recurso del "destiempo" que es menester mostrar lo que se siente en el momento en que se siente. Porque las consecuencias psíquicas del destiempo pueden ser devastadoras. Quiero decir: si bien puede ser que temamos tirarnos a la pileta pensando que podemos no encontrar agua y darnos contra el suelo, quizás, por no arriesgarnos, puede llegar a sucedernos que, luego de un tiempo, nos enteremos que no sólo sí había agua en la pileta, sino que también estaba a la temperatura justa y necesaria para que pasemos un buen tiempo.
En la vida no se trata de ser capaces de encontrar el momento justo. Después de todo, nunca llega ese instante en el que las condiciones son perfectas como para hacer un deseo realidad, decir lo que en otros tiempos no considerábamos "ubicado" o hasta realizar lo que desde hace años queríamos efectuar. Claro está que por no querer chocarnos contra una pared, solemos reprimir nuestros actos (y hasta muchas veces sólo los reprimimos por responder a mandatos sociales que nos 'indican' qué está bien y qué está mal hacer). Esa veda que nos imponemos, puede generar un mayor daño del que puede producirnos no responder a la voz interna y seguir escuchando las voces de los que nos rodean o hasta la voz interna que me "previene" de posibles dolores.
¿Acaso no nos duele muchísimo más si descubrimos que, por no arriesgarnos a hacer lo que deseábamos -siempre que no implique el riesgo de la vida propia y del otro-, nos perdimos la felicidad?
Retomando un poco una publicación anterior, y combinándola con ésta, puedo afirmar que el darnos cuenta del valor lo que teníamos una vez que lo perdimos, viene a causa de dejarse estar y permitir que el destiempo nos gane. Y ciertamente, ¡¡¡no vale la pena que el destiempo salga invicto!!! La vida es corta y el destiempo es su peor pecado.
¿Moraleja? Arriesgarse A TIEMPO! Después de todo, Cronos no es vidente ni tiene el poder de atraparnos: sólo es intérprete simultáneo de nuestras acciones. No dejemos que nos ate a su tic-tac porque es entonces cuando gana el doloroso destiempo vincular y nos merecemos ser felices dentro del tiempo y no fuera de éste.

domingo, 17 de octubre de 2010

Like it or not / Te guste o no

Puedes llamarme pecadora
o puedes llamarme santa
Celebrarme por lo que soy
U odiarme por lo que no soy
Ponerme en un pedestal
O arrastrarme por la tierra
Palos y piedras romperán mis huesos
Pero tus denominaciones nunca me dañarán

(...) Mejor es el diablo que conoces
Tu amor por mí crecerá porque

Esta es quien Yo soy
Puede gustarte o no
Puedes amarme o dejarme
Porque nunca dejaré de ser quien soy

Cleopatra tenía su forma
Mata Hari, también
Si eran buenas o malas sus maneras
Depende estrictamente de ti

La vida es una paradoja
Y no tiene mucho sentido
No se puede tener la "femme" sin lo de "fatale"
Por favor, no te ofendas

No permitas la pudrición de la fruta de la vid
Llena tu copa y bebamos el vino
Mejor es el diablo que conoces
Tu amor por mí crecerá


Aceptar que somos como somos cuesta de sobre manera, muchas veces. ¿Las causas? Necesidad de aprobación, pertenencia, agrado de parte del otro. Y, mientras tanto, olvidamos que es menester nuestra propia aprobación, pertenencia y agrado. Tendemos a modificar conductas, en vez de sentirnos orgullosos de ellas porque son parte constitutiva de quiénes somos. Ante una mirada crítica o atónita de un otro, elegimos variar nuestros modos y respondemos, aún en detrimento de nuestra propia persona, a estereotipos que nos quieren ser impuestos. Francamente, eso denota una pobreza de autoestima. Quien cambia su forma de ser en pos de ser aceptado por otro, está en serios problemas identitarios. No sabe quién es y no puede dar gracias a Dios de ser como es. Busca una constante identidad en lo que los otros piensan que es y nunca logra ser la respuesta a lo que quiere él mismo de sí. Estos individuos, desarrollan infinitas máscaras como personas con las que se relacionan, para contentar a estos, dejando de ser. Inclusive, ante el cambio de comportamiento y opinión de quienes ya conoce, se muestra diferente y se va transformando hasta amoldarse (hasta en el mismo momento de la variación conductual del otro) en lo que el interactuante espera encontrar.
Claro está que lleva mucho tiempo de autodedicación para ser seguros de nosotros mismos y, más aún, estar orgullosos de ello. No es nada fácil plantarse ante un otro y decir "esta es quien soy Yo, y a vos te puede o no gustar, pero Yo voy a seguir siendo quien soy, aunque no te guste". Toma mucha fuerza interior afirmar eso. Pero para poder dejar de lado cualquier actitud dubitativa es necesario, antes, poder definirse y caracterizarse, porque sino no hay con qué justificar / argumentar quiénes somos en realidad. Y suele suceder que al momento de decir el porqué de ser de tal o cual forma, no sabemos cómo sostener nuestras afirmaciones. Ergo, jamás vamos a poder decir que estamos orgullosos de ser lo que somos si no sabemos qué somos.
Por esto, es tan necesario conocerse bien y saber que cualquier denominación / "nombre" / "rótulo" que los otros nos pongan y no se correspondan con la realidad DEBEN ser tirados abajo y evidenciar que no es de esa forma. Porque el perjuicio es doble, entonces: no soy fiel a mí mismo y, además, creo una imagen distorsionada de mí en el otro. Y una vez instaurada una imagen falsa en otro, de quienes somos realmente, cuesta un esfuerzo doble deshacerse de ella: porque muchas veces nos falta el coraje para gritar quiénes somos y porque tememos que al otro le duela.
Sin embargo, ¿es preferible aparentar una forma de ser que no se condiga con la realidad sólo para agradar al otro? ¿o es mejor ir sin máscaras por la vida, agradándose a sí mismo y aumentando la autoestima, lo cual llevará, indefectiblemente, consigo, que el otro me acepte tal y como soy (y por ende, no como un mentiroso que nunca hubo mostrado su verdadero Yo)?