martes, 19 de febrero de 2013

Let us move on / Dejanos ir by Dido ft Kendrick Lamar

"No lo envuelvas en oro, no lo escondas detrás del sol / sólo muéstramelo tal cual es y déjalo estar ahí / No lo hagas volar como una cometa, entre las nubes, no necesita excusa para existir, sólo bájalo a la tierra como es / y permite que los ojos doloridos lo miren enteramente en toda su gloria / Dejanos ir, dejanos ir, pues esto es corto y pasará (...)"

Esa primera estrofa de la canción junto con el estribillo de la misma, describen perfectamente lo que muchas veces intentamos evitar: el dolor, la frustración, la angustia. Miles de veces precisamos mostrarnos inmaculados y como seres libres de emociones que nos mueven el piso negativamente, sólo por parecer ante un otro como "más fuertes". El concepto de una raza superior entre los mismos humanos, se terminó con la muerte de Hittler y la liberación de los prisioneros de los campos de concentración, a pesar de que hasta el día de hoy, vemos cuánto ímpetu se pone en marcar diferencias. Pero, básicamente, sabemos que somos todos iguales, sólo con capacidades y habilidades diferentes. Sin embargo, a pesar de intelectualizar ésto, solemos ponernos en una situación en que quedemos sin "manchas" ni defectos, y eso se ve muy reflejado en la no aceptación de nuestras emociones negativas. Nos enfrentamos a ellas y nos empostamos contra su existencia y no nos damos cuenta de que, a largo plazo, la obstinación de querer ser más "fuertes" que ellas, al intentar serles indiferentes (algo que es imposible, en tanto son inherentes al hombre) o simplemente manteniéndolas en silencio y dejando que echen raíces que nos perjudican la salud mental y nos vuelven más vulnerables ante el resto de nuestras vidas y el entorno que nos rodea. Sobre todo, se nos vuelven en contra a nosotros mismos porque no se puede pelear contra algo que viene con uno genética, cultural y hasta orgánicamente. Tendemos a oponernos cuando en realidad la clave está en la aceptación de las mismas.
Ciertamente no es nada fácil hacerlo. Lleva tiempo de entrenamiento pero el no tomarse ese tiempo puede derivar en enfermedades mentales extremadamente dolorosas y que llegan a ser letales, tales como los  trastornos de desregulación de emociones, el trastorno límite de la personalidad (también llamado Borderline) o el Trastorno bipolar.
Esto, empero, no es un camino a realizar de motus propio, sino con ayuda profesional y por supuesto que cualquiera de tales trastornos precisa un acompañamiento farmacológico, pero el entrenamiento para enfrentar situaciones dolorosas, frustrantes y angustiantes, es importantísimo al momento de poder manejar con mejor calidad y mayor soltura este tipo de inconvenientes que muchas veces pasan desapercibidos por manifestarse de formas muy heterogéneas. Por tanto, es necesario dejarnos ayudar si algo así nos llegase a suceder.
Es por esto que tenemos que mostrar y fundamentalmente mostrarnos los problemas tal y como son y no disfrazándolos. Al fin y al cabo, aunque nos duela y nos sea difícil, es para lograr una calidad de vida superior y digna de ser vivida. De todo se aprende y si no podemos permitirnos que nuestros doloridos ojos contemplen la gloria y entereza del sufrimiento que ciertas cosas nos provocan, entonces no estaremos capacitados para hacer frente a un mal que nos terminará consumiendo hasta el final y degradando nuestra dignidad por completo.
Resistir un poco el dolor por una causa justa para nuestro futuro y para quienes nos rodean, nos hará aprender a vivir en paz con todo. Aparte, después de todo, hay que dejarnos llevar puesto que el dolor dura poco tiempo, es corto y pasará.