miércoles, 27 de octubre de 2010

Nothing really matters / Nada realmente importa

"Nada realmente importa / El amor es todo lo que necesitamos / Todo lo que te doy / Todo vuelve a mí"
Son las palabras que, en el estribillo madonnista, se entonan con resonancia hasta espiritual. Lo mejor de las letras de las canciones de Madonna es que son significativas hasta su último punto. Es decir, llevan consigo importantes experiencias de vida que pudo o no haber atravesado la artista, pero que son altamente aplicables a las vivencias humanas.
Y esta canción no escapa de esa característica. Tal como se expresa en la traducción que cité al principio, es necesario diferenciar dos conceptos:
*Primero: el hecho de que sólo es el Amor lo que importa y todo el resto se encuentra en un grado mucho menor que éste (si se quiere hasta en lo que es una relación jerárquica afectivo-vincular). Sin el Amor "a nuestro lado", sin ser capaces de dar en la misma intensidad como de recibir, nada tiene importancia. Esto es: sin el amor como criterio de clasificación, nada existe ni nada vale la pena. Somos seres con sentimientos que pueden oscilar entre el amor y la indiferencia. Y es justamente esa última la que propicia la muerte. Estamos vivos gracias a que amamos y somos amados. Ya en su momento -no recuerdo qué psicólogo conductista- comprobaron desde lo empírico (la experiencia) que niños a los que se les satisfacían las necesidades primarias como la de la alimentación y el abrigo, morían, lastimosamente, a causa de que les era negado (o simplemente no dado) el afecto.
Y es justamente por esa posible y potencial muerte (hasta simbólica o espiritual) que es necesario que hagamos primar, entre nosotros, los seres humanos, al Amor. Sino, nos vamos todos al tacho (dicho lisa y llanamente).
Por otro lado, debemos considerar, cada vez que hacemos algo, que todo lo que se da al otro, se le entrega (no necesariamente hablo de lo material), vuelve indefectiblemente a nosotros. TODO vuelve: es ley. La vida es un búmeran que retorna a su lugar de origen una vez que llegó lo más lejos que pudo. Por eso es tan bueno que procuremos enviar Amor con la ida del búmeran, para que, de este modo, nos vuelva Amor y podamos vivir bien, felices e incluso más tiempo. La calidad de vida es lo que alarga la esperanza de vida. Por ende, y más aún si la calidad depende de cuánto amor damos y recibimos, será imprescindible que seamos portadores de Amor.

Mirando mi vida / Es muy claro para mí / Yo vivía tan egoístamente / Yo era lo único que existía / Me doy cuenta de / Que nadie gana / Algo está terminando / Y algo empieza / Nada hace desaparecer el pasado / como el futuro / Nada hace que la oscuridad sea / igual que la luz / Eres refugio en una tormenta / Encuentro consuelo en tus brazos

Obviamente a todos nos sucede que nos cuesta despegarnos del Narciso que llevamos dentro (el cual nada tiene que ver con la autoestima), pero en el momento en que somos capaces de corrernos del lado de éste, del egoísmo que conlleva estar con "él", nos damos cuenta de que, afortunadamente algo termina y, cual ciclo, ésto lleva "impregnado" un nuevo inicio de sucesos. El futuro es el claro nuevo día (recomienzo del ciclo) de todos nosotros, los seres humanos. Es la renovación constante e implica una forma de redimir todo lo que pudo habernos acaecido en un pasado que ya se terminó. El futuro (Yo, de todas formas, soy más partidaria del Presente como redención de todo acto pasado y como el mejor de los métodos motivadores para superar el pasado y perseguir el futuro) nos provee de la luz que representa, en muchas personas, la oscuridad de un pasado que por más que tratemos de dejar atrás, a veces nos empeñamos tanto en no anclarnos a él, que terminamos atándonos más de lo que desearíamos hacerlo. Ergo, debemos aferrarnos fuertemente a los brazos de los que amamos para poder soportar las tormentas psíquicas que tanto el pasado como el presente nos exhiben. Sin el amor, no existirían los abrazos y sin ellos, moriríamos... Y no deseamos morir.

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