domingo, 26 de septiembre de 2010

Confortably numb and Frozen / Confortablemente entumecida y congelada



Vos sólo ves lo que tus ojos quieren ver * ¿Cómo puede ser la vida lo que vos querés que sea? * Estás congelada, cuando tus ojos no están abiertos * Están tan consumida por cuánto obtenés * Gastas tu tiempo en odio y lamentos * Estás quebrada cuando tus ojos no están abiertos *

La correlación que existe entre los títulos de las canciones de Pink Floyd y Madonna es biunívoca, pero unidireccional. Con esto quiero decir que una se complementa con la otra, y las dos apuntan a un mismo lado: el estar en un estado latente e inmóvil sólo por conveniencia.
Realmente duele aceptar el hecho de que uno puede estar en ese estado de inmovilidad conveniente. De alguna forma, aunque es un estado difícil de sobrellevar, siempre tendemos a pensar que más difícil debe ser salir de él y, un millón de veces más, ver qué hay del otro lado.
Es evidente que ponemos en la mitad del camino infinitas excusas para no saltar el muro y para poder quedarnos tranquilos donde estamos. Cuando comenzamos a preguntarnos por lo que hay detrás del mismo, es cuando empezamos a cuestionarnos las cosas. Pero el psiquismo es muchas veces intrépido y no quiere moverse de donde está. Así que nos sigue enviando excusas que nos vende como grandes buzones que aceptamos comprar porque nos conviene.
Aunque tal como dijo Platón en "La alegoría de las cavernas" -obra referida al conocimiento pero muy aplicable la psique humana- una vez que se conoce la idea de Bien, es imposible hacerse el desentendido. No cabe la posibilidad de hacer oídos sordos a la verdad. La realidad ya fue evidenciada y el ser humano que la "vio", si bien puede optar por no darle importancia, sabe que si hace eso, morirá en la caverna y no gozará de la salud mental que anheló durante tanto tiempo.

(...) * Ahora ya no hay punto en asignar culpables * Y aún debes saber que Yo sufro igualmente * si te pierdo mi corazón estará roto * El amor es un ave * necesita volar * Permite al dolor dentro tuyo, morir * estás congelada, cuando tus ojos no están abiertos *

Y es justamente lo que pasa cuando una persona decide dejar que viva en ella la idea de muerte como sinónimo de plenitud. Se olvida de los que la rodean y de cuánto sufren ellos. Está bien que se someta, si es que así lo desea (algo que siempre es lo contrario, porque, al menos por una mínima pulsión de vida, el ser humano tiende a conservar su existencia) -suponiendo que exista quien sea así, como pueden ser los terroristas de medio oriente que desean inmolarse con el afán de ofrecer sacrificios a su dios creador- si es que de verdad siente la convicción de morir, no toma en cuenta que los de su entorno tienen sentimientos también y es una puñalada en sus almas, el hecho de que siga suicidándose mientras permanece congelado y entumecido por ser un lugar de pseudo utilidad / ventajoso en ciertos aspectos (como puede ser una mayor atención). Aquellos que aman a esa persona terminan tan devastados a nivel mental y tan doloridos que deciden abortar todo intento para ayudar a ese ser que está empecinadísimo en seguir en la suya sin importarle los sentimientos del otro. El entorno se cansa de sufrir y decide cuidar de sí mismo, alejándose del que no se digna, ni por un minuto, a mirar a su alrededor y dejar de estar congelado y confortablemente entumecido.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Live / Vivir

Un millón de estrellas alumbran esta hermosa noche * esta no es una noche para morir * déjenme bailar y cantar * estar cerca del cielo * tengo tanto amor por dar, por dar * quiero una oportunidad para vivir * vivir por aquellos que amo * amar como nadie ha amado * dar sin esperar nada a cambio * ser libre, ser libre para encontrar mi camino * ser libre para decir lo que quiero * ser libre para ver el día * ser como solía ser * ser como un salvaje pero libre * con todo de la vida en mí * Aunque este mundo se empeñe en desecharnos * nosotros seguimos juntos en mi corazón * quiero que el mundo escuche mi grito de alegría * y aún si tuviera que morir * mi amor no moriría * el amor cambiará el mundo

Esas líneas son las más liberadoras de todas las alguna vez entonadas por alguien. Y son tan emocionantes, tan llenas de sentimiento que no cabe duda que se engarzan como zafiros en oro blanco con la voz de Celine Dion.
Es difícil darse cuenta cuánta belleza es vivir. Si bien es cierto que tenemos que enfrentar días o momentos duros, si tan sólo nos detuviéramos a admirar la hermosura que nos rodea, lo felices que podemos ser sólo un instante junto a los seres que queremos, respirar un par de segundos un aire que nos libere de tensiones, escuchar la canción que más nos gusta.... si fuera posible detenernos, aunque sea un momento para SENTIR, no sería tan difícil pensar en que la vida es un regalo estupendo.
Es algo indescriptible poder disfrutar de esos momentos en paz que la vida nos da (aunque sintamos que son pocos, lo cual sucede porque nos empeñamos en opacarlos con lo que la vida no nos dio aún).
Ser capaz de ver la grandeza de una noche con estrellas brillando para nosotros, pensando que nos están dedicando un baile, es un don precioso que todos tenemos y que no siempre sabemos aprovechar. ¡Ni que hablar de aquellas noches estrelladas en las que estamos con la persona que nos hace felices y, tal como muestra la imagen, podemos hallar calma a su lado! Y quizás también ponernos a bailar un tango bajo el cielo despejado de noche....

Esos momentos son mágicos y deberían ocupar más nuestros presentes. Además, son los que nos deben acompañar cuando pensamos en que el sol se escondió de nosotros...
Por último, quisiera hacer hincapié en la última frase de la canción: "el amor no morirá y cambiará el mundo". He tomado la actitud de decir qué siento por las personas y hacerlo en el momento en que lo siento. Me parece que esperar el instante adecuado no hace más que dilatar cosas que puede que nunca lleguen a puerto si esperamos "el tiempo justo". Francamente, si debiéramos esperar el momento justo para hacer las cosas que sentimos, nunca llegaría ese momento. Eso de "justo" no es más que una idealización y para que se dé, deberíamos aguardar una eternidad que, obviamente NUNCA llegaría.
Los que me conocen y pueden estar conmigo seguido o relativamente seguido, van a poder apreciar que desde hace unos días, decidí decir las cosas en el momento en que las siento y dar sin esperar nada a cambio. Después de todo, nunca sabemos si al siguiente momento todavía seguimos ahí y continuamos sintiendo lo mismo.
Piénsenlo. Quizás sea una excelente forma de no quedarse con la garganta llena de cosas preciosas para decir, sin poderlas compartir con el destinatario al que van dirigidas.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Verás / You'll see

Pensás que no puedo vivir sin tu amor; verás. Pensás que no puedo continuar un día más. Pensás que no tengo nada sin vos estando a mi lado, y verás de algún modo, algún día (...) Pensás que sos fuerte, pero sos débil. Requiere más agallas llorar, admitir la derrota. Tengo la verdad de mi lado y vos sólo tenés resentimiento, verás, algún día que puedo estar de pie por mí misma.

Eso es lo único que necesito para desarrollar mi tema del día. Así que ahí voy...
Por mucho que se empeñen en destruirnos, -y vaya que existen momentos en que sólo parece que el de al lado desea nuestra muerte (no necesariamente física, sino psíquica)- es menester tener conciencia de que podemos estar de pie a pesar de todos los golpes que nos pueden dar. Hay quienes piensan que uno no tendría existencia sin el otro, que no podría amar, respirar, dormir, confiar nuevamente sin el ser destructor a su lado. Pero todos somos "entidades aparte" y lo individual es más destacable en cuanto al amor propio cuando de protegernos a nosotros mismos ataña.
El que mucho pregona ser fuerte, es el más débil y es una verdad inmensa que se necesita mucho más valor para llorar y admitir una derrota que para actuar como un soberbio. Porque este último, se llena de cólera y se termina destruyendo a sí mismo; en cambio, el primero, logra exteriorizar todo el dolor de haber perdido.
A simple vista, quizás nos parezca estupendamente envidiable la forma de ser del soberbio, orgulloso, pedante. Pareciese como si NADA le afectara; como si fuera una roca inamovible. Esa fortaleza que tan bien exhibe es lo que más que nada en el mundo nos lastima. Pero el problema es que esa persona aparentemente inmutable, está sufriendo tanto o más que uno que se muestra tal como es. Justamente porque no está siendo fiel a sí mismo; a sus sentimientos. Luego verá que es doblemente infeliz porque debe mantenerse en una posición de inmutabilidad para alimentar a su orgullo y entonces se muestra "indiferente" a lo que está socavando su vida. No admitiría jamás el dolor, porque eso implicaría mostrarse tan débil como realmente es.
Y por otro lado, está quien se muestra transparente en sus sentimientos. Quien a pesar de estar sufriendo por una derrota, un abandono o un rechazo, lo muestra para curar sus heridas más rápidamente que si las ocultara bajo una venda que sólo pudre la lastimadura. Toma, según parece, más tiempo, pero es una cura segura a nivel mental. Es una recuperación indudable y se sabe que esa herida ya no volverá a abrirse. Puede doler tremendamente al principio, pero luego es una prueba superada.
Para nuestro bien psíquico, es en extremo aconsejable demostrarse tal como se es. Enmascarar nuestros verdaderos Yo, sólo hace que la cura se dilate y hasta corremos el riesgo de que nunca se cure del todo.
Pensalo y ya lo verás.


Exprésate / Express youself


Lo que necesitás es quien te haga sentir como una reina en su trono (...) así que no vayas por el segundo mejor, poné tu amor a prueba, sabés que debés hacer que él exprese qué siente y así te darás cuenta de si es un verdadero sentimiento (...) merecés lo mejor en la vida, así que si los tiempos no son buenos, movete de allí; a veces el segundo mejor no es suficiente y harías mejores cosas por vos misma (...) Y cuando no estés, él lo lamentará, pero no te detengas, seguí camino y lo tendrás valorándote si es que te quiere.

¿Porqué no procurar que nuestras relaciones tengan esas características?
Estoy hablando de todos los vínculos que puede establecer un ser humano, como ser: amistad, compañerismo, pareja, filiación, conocidos....
Si tan sólo pudiéramos entablar vínculos positivos en que se nos valorase nuestra persona, tanto como debemos valorar al otro, no creo que existiese, en el mundo real, un "segundo mejor", un individuo de lugar no primero pero que no es tan 'malo' como el que tiene el tercer puesto.
Pero no me voy a encargar de eso en esta entrada.
Retomando el tema que planteé y, considerando que estamos en un mundo que dista mucho de llevar a cabo lo que antes "propuse" en el párrafo anterior, me pregunto cuánto de lo que procuramos para nosotros es realmente el 1° puesto (en este caso en las formas de conectarnos con otros) y no uno 2° que no sólo no es lo mejor que podemos encontrar (nunca sería lo perfecto, sino lo menos imperfecto posible: somos humanos, ergo, nadie es perfecto) sino que muchas veces nos puede opacar la esencia.
Es decir, quizás decidimos vincularnos con alguien que nos agrada, pero no nos terminan de cerrar muchas conductas que tiene ante nosotros. Pero aún así, e inclusive dándonos cuenta, seguimos en la misma y esperamos a que un día pase el hada madrina y convierta al otro en una hermosa carrocería, siendo una calabaza. Que a muchos puede alimentar esa calabaza, no hay duda; ahora: no se va a convertir en carrocería simplemente porque no existen las hadas madrinas. Y volvemos a caer en lo mismo de siempre: nos ponemos a llorar porque la calabaza no nos "alimenta" de la forma en que queremos. Y eso ¿por qué? Porque anhelamos comernos una carrocería lujosa; esto es: estamos esperando obtener, por arte de una magia inexistente, que lo que obtuvo el segundo puesto, sea -SÓLO PORQUE ES NUESTRO DESEO- el primero. Y no va a ser así JAMAS.
Y lo que más importa es que si realmente nos quieren, entonces, sin dejar de ser como son, van a expresarse y, sobre todas las cosas, nos van a dejar expresarnos a nosotros. Si en un vínculo, existe una parte que calla a la otra porque no se banca que le demuestren cuánto se lo quiere, entonces es una relación "enmudecedora" y no vale la pena que perdamos tiempo en ella. Después de todo, una verdadera reina es quien deja expresarse al otro y, no por ello, deja de evidenciar lo que piensa, siente u opina de quienes la rodean y hacen de su reinado un hecho factible.

Me he cansado de esperar -ESDM

Tiempo eso es algo que no tengo; no lo vuelvas a intentar, ahora es tarde y me he cansado de esperar (...) ya no volveré a creerme tus mentiras, ya no volveré a ser tu segunda opción (...) y no te ayudará llorar, no me pidas otra oportunidad; que ya no me quedan más (...) no sé si está bien o mal, pero siento que llegó la hora de escapar; no sé ni en qué dirección, pero no importa, porque me he cansado de esperar...

Está en cada uno de nosotros ponerle fin a las situaciones que nos dañan. No se puede vivir bajo el mismo techo que el sicario que ha sido contratado para que nos mate, en especial si está entrenado para hacernos doler el corazón y la psique.
Muchas veces nos preguntamos cuándo es hora de tirar al suelo todas las fichas de ajedrez, pararnos e irnos. Esperamos por días, semanas y hasta meses terminar con lo que nos lastima y pasamos al lado del dolor más tiempo que el que deberíamos. Pensamos que nunca es el momento adecuado para movernos de donde estamos y tomar la decisión de decir "hasta acá llegó mi amor".
Sin embargo, no tomamos en cuenta lo que nos está costando seguir en ese lugar de toxicidad. Es decir, nos estamos acostumbrando al sufrimiento y eso no está nada bien. Estamos enquistándonos en algo que pensamos que merecemos pasar, para aprender algo de esa situación. Y no es así. Quizás debamos superar un instante tormentoso y la vida nos presenta personas que nos pueden ayudar a instruirnos en la materia; pero también puede llegar a acaecer que no sea el momento adecuado para enfrentarnos a esa situación. No es necesario, empero, que salgamos corriendo de donde estamos de forma abrupta. Dejaríamos a todos perplejos por nuestra reacción. Y la mejor manera de ir desprendiéndonos de lo que nos hace daño es la expresión inmediata de lo que pensamos, opinamos, sentimos y pasa por nuestras mentes. Es necesario que digamos, en pos de nuestro bienestar, "me he cansado de esperar", aunque sabemos a ciencia cierta lo duro que es mantenerse en esa postura. Sin embargo, por más difícil que se nos presente el enfrentamiento de una separación del quiste que nos provoca dolor, debemos pensar que agarrados a él, perdemos individualidad y autonomía y, a la larga, terminamos siendo la extensión de esa protuberancia (en este caso) maligna. Obviamente algo que pasará a la hora de tomar la iniciativa de cortar con un vínculo destructivo, es que el otro partícipe de la relación intentará por todos los medios habidos y por haber, evitar que el desprendimiento suceda y por lo general usará todas las armas de manipulación que sabe que nos pueden doblegar y hacer que abortemos la misión. Por eso es que hay que estar sumamente atentos a este mecanismo de defensa del agresor: no va a querer, bajo ningún concepto, perder el lugar de manipulador y por ende "del superior" (jerárquicamente hablando) en el vínculo.
Finalmente vale aclarar que ante una disociación de la relación tóxica con otro no siempre parece tan claramente "que esté bien" y a veces nos da que pensar si no seremos nosotros los equivocados. Pues no. En el momento en que uno se halla a sí mismo ejecutando acciones y éstas no responden a sus convicciones, es que llegó la hora de escapar.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Millas aparte / Miles away

"Siempre me demuestras más, estando millas aparte (...) estamos en lo mejor de lo nuestro, estando millas aparte (...) Yo estoy bien, no lo sientas, pero es verdad; cuando me vaya te darás cuenta de que soy lo mejor que te pudo pasar"

Infinidad de veces me ha ocurrido que esa parte de la canción de Madonna (Miles away) puede ser el título perfecto para mis vínculos, formas de actuar y hasta modos de pensar. Es decir, hay momentos en que uno se encuentra jugando tan al límite que no se da entera cuenta de lo que podría llegar a suceder si esa cuerda se corta. Y me voy a ocupar ahora de lo que nos sucede a nivel mental cuando esa cuerda se suelta de nuestras manos (porque se nos va de nuestro alcance su control que, al principio, pensábamos que era fácil de conservar de por vida).
En sí, lo que la cita intenta exponer, específicamente la última oración, es que recién cuando se corta la cuerda o se nos suelta d las manos, es cuando nos damos cuenta de lo importante que hubiera sido no estirarla tanto y que deberíamos haber contemplado que no es un elástico (que por cierto, también se corta si es sometido a grandes tensiones). Para decirlo más fácilmente: nos damos cuenta de lo que las cosas valen cuando las perdemos. Esa es la evidencia de cuánto poder tiene un adiós (tal como lo expuse en la publicación anterior).
El adiós, comparable a la ruptura de la cuerda de la que TANTO tiramos tantas veces, nos hace reaccionar y valorizar, tardíamente, lo que lo perdido vale.
Pensamos que un sentimiento hacia nosotros va a durar toda la vida; o que el que hoy es hereje mañana se convertirá en coherentemente sensato; o que alguien nos tolerará toda su vida. La realidad es que la vida continúa y los sentimientos también avanzan, pero sobre todas las cosas, cambian. Variamos nuestros pensamientos, opiniones, sensaciones, sentimientos... los maduramos, simplemente. No es que nos oponemos a ellos por capricho. Sino que maduramos nuestra forma d ver las cosas y eso nos posiciona desde un lugar de auto cuidado y auto conservación.
Y es cuando comenzamos a ver que jugar al límite es dañino para nosotros y que las cuerdas sólo deben ser usadas para saltar a la soga o colgar la ropa y no como comparativo de vínculos.
Reconocer el valor de algo una vez que esto se pierde es muy común. Pero luego nos queremos agarrar los dedos contra la puerta porque eso nos sucedió. Si ya perdimos a alguien, técnicamente algo aprendemos y tratamos d evitar que nos vuelva a suceder. Y es cuando quizás le demos importancia que merece a la nueva oportunidad. De todas formas si no es así, puede que no querramos aprender y por ende eso nos demuestra que evitamos la felicidad para nosotros mismos.

En fin... no seamos tontos y no busquemos el centavo que nos falta para el peso, y valoremos los 99 centavos que tenemos. Si nos empeñamos en hallar ese 1 que nos falta, seremos eternamente infelices y la vida es corta. Hay q animarse a valorar lo que se tiene y no penar por lo que no se tiene o ya se perdió.
Que no nos pase como dice Madonna: "cuándo me vaya, te darás cuenta de que soy lo mejor que t pudo pasar". Es triste llegar a esa instancia. Y sobre todo, doloroso.

lunes, 6 de septiembre de 2010

El poder del adiós / The power of Goodbye

Tu corazón no está abierto así que debo marcharme  
El conjuro se ha roto, yo te quería mucho  
La libertad llega cuando aprendes a dejar ir, 
La creación llega cuando aprendes a decir no  
Tu fuiste la lección que yo tenía que aprender  
Yo fui tu fortaleza que tu tenías que arrasar  
El dolor es una advertencia de que algo va mal  
Rezo a Dios para que no dure mucho  
¿Quieres subir aún más alto?
No queda nada que intentar  
No queda sitio en el que ocultarse  
No hay mayor poder  
Que el poder del adiós.
Muchas veces nos preguntamos si no es mejor decir "Adiós", pero de una forma 
no violenta: sin azotar la puerta, sino dando un abrazo que marque el 
agradecimiento al otro por haber atravesado nuestra existencia. 
Nos duele pensar en despedirnos de una persona que nos marcó y que entró a 
nuestras vidas en determinada ocasión. Que nos enseñó una nueva visión 
de la vida que teníamos hasta el momento. Que compartió tanto abrazos y 
besos con nosotros... risas, llantos, sueños, deseos...
Y aún así, hay algo que, entre muchas lágrimas propias de una despedida, 
nos suena desde adentro como algo que se terminó. Que ya no da para más 
continuar al lado de ese ser que alguna vez nos cambió la forma de ver la 
realidad.  Hay momentos en la vida de cada persona en que se siente que no 
hay cosas que se puedan hacer para "salvar" una relación. Es decir, se tiene la 
seguridad amarga de que no hay nada más que intentar. De que cualquiera 
sea el cambio o variación que se trate de efectuar, no va a ser más que un 
dilatador de lo inminente.
Además, lo que esto genera es un creciente doble sentimiento: por un lado, 
está el crecimiento de la esperanza por que algo no se termine; y por el otro, 
la consecuente apuesta energética (a nivel mental) por la relación lo cual hace 
a un mayor sufrimiento de ambas partes cuando todo llega a su fin. 
Tal como dice Madonna en la canción, es necesario dejar ir para hallar la 
libertad. Si no dejamos atrás los fantasmas del pasado, si seguimos pensando 
en que podremos revivir muertos que ya son polvo y hacer que estén 
nuevamente con nosotros, no hacemos más que quedarnos anclados al ayer 
y no vivimos el hoy. No importa cuánto nos empecinemos en volver al minuto 
anterior; no hay modo de hacerlo. Hay que aprender a decirle adiós al pasado 
y mirar hacia adelante, o, al menos, al presente: al hoy y al ahora.
Es una tarea difícil abrir nuestros brazos y decirle a quien amamos: "te dejo ir, 
y me permito irme. Así que Adiós". Pero muchas veces es un "mal necesario" y 
evita que nos enterremos en una utopía que nos promete poder volver el tiempo 
atrás y modificar lo que hicimos.
Por último, y haciendo una analogía con las materias de colegio y sus 
contenidos, no hay lección que dure demasiado tiempo. Las lecciones 
extremadamente largas hacen que se pierda el interés en el tópico y que 
querramos salir corriendo del aula para tomar aire y liberarnos del encierro 
que nos ata a la misma. Si las lecciones no se aprenden de una (algo que muy 
pocas veces sucede), hay siempre una forma diferente de la misma lección 
disfrazada y que nos está esperando a la vuelta de la esquina.
Ahora es nuestra palabra la que deberá ser emitida para dejar de sufrir un 
pasado que ya se terminó. Libro a la decisión de uds. el final que le quieren 
dar a esta historia, tal como el video de esta canción deja una forma libre para 
interpretar el flotar de los zapatos de Madonna en la espuma marina.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Lluvia / Rain

Al parecer, los días de lluvia son movilizadores en muchos sentidos para los seres humanos.
Sin ir más lejos del día de hoy, volvía del trabajo y evidencié 3 momentos de exacerbada violencia.
De alguna forma, la lluvia hace surgir lo que a climas "normales" no aflora.
Muchas sensaciones, emociones y estados anímicos se salen de su curso "normal / ordinario" que mostramos durante un día de sol o hasta nublado, pero sin lluvia.
Digamos que con la lluvia se nos riegan las ideas que quedan deshidratadas en nuestros cerebros y florecen los sentimientos. Sacamos, cual un llanto de Dios (la lluvia), lo que realmente venimos guardándonos durante esos días de clima no tan revolucionario. Así como para que la lluvia se dé, el agua debe condensarse en las nubes, puedo hacer una analogía entre la acumulación de cosas no dichas, opiniones no emitidas, comentarios no expresados que terminan "explotando" y haciendo que llueva, en vez de agua, todo lo que tenemos adentro. Y una vez que nos deshacemos de todo lo que estaba potenciado dentro nuestro, se siente una grandiosa libertad en el alma.
Hay gente a la que le encanta caminar bajo la lluvia. Personalmente encuentro una liberación inefable no sólo caminando bajo las gotas de una lluvia emancipadora de todos los problemas, limpiadora de toda carga y tensión del día agotador, sino también siento un grandilocuente placer cantando bajo la danza de la lluvia. Me invita a sentirme viva.
Creo que es un buen consejo para quien necesita de vez en cuando sentirse vivo: estar bajo la lluvia, sin paraguas, con la cara hacia el cielo plomizo y escuchando la canción que a uno más lo mueve. Es una magia que no tiene descripción. Se siente tan bien que es difícil calificarlo.
Es uno de los pocos placeres de la vida que, en mi opinión, nadie debería dejar de experimentar.
Incluso me atrevería a decir que el agua de la lluvia tiene poderes curativos, por más loco que suene. Es decir, se parece mucho al efecto que tienen las canciones en nuestras vidas. Una vez leí que si no hay música no hay vida. A eso le agregaría que el clima también tiene su parte en nuestras existencias. Puede marcar en muchas personas un estado de ánimo oscilante, dependiendo de si el día está soleado, lluvioso, húmedo,... pero en definitiva es un gran espejo de nuestras formas de sentirnos.
Elegimos tal o cual música "porque va con nosotros". Y, por otro lado, optamos por ver y encontrarle sentido al clima que cada día nos presenta, también según éste vaya con nosotros.
Es cierto que un clima húmedo y lluvioso no es para celebrar mucho, pero si tan sólo lo miráramos desde una óptica más adoradora, veríamos hasta la luz que emanan las gotas... que al cubrir nuestras caras nos purifican millones de veces más que cualquier tonta crema. Es lo natural y por tanto forma parte de nosotros.
En sí, lo que intento demostrar con este artículo es que ante un huracán, se puede evidenciar un gran desastre natural tanto como una expresión motivada de la naturaleza, cuyo combustible son nuestras propias formas impetuosas de vivir.
De vez en cuando se necesitan tanto las lluvias liberadoras como los huracanes que nos muevan el piso para recomenzar lo que pensábamos que era imposible de recomenzar.
Las tormentas, especialmente las que llevan consigo lluvia, son necesarias y están ahí para que nos mojemos la cara, contemplemos el problema y disfrutemos del sol que a toda anomalía climática le sigue, y así podamos reiniciar un nuevo día...