sábado, 11 de diciembre de 2010

I won't change you / No te cambiaré

A pesar de que esta canción fue nombrada y por ende traducida de diferentes maneras, voy a considerar que el título real es "I won't change you" y no "I won't change", aunque el tema a tratar será una combinación de los significados de los dos encabezados posibles.

Yo solía cambiar mi acento, cambiar mi actitud / Mi número de teléfono, la forma en que bailaba / Algunas personas cambian los amantes como cambian sus hojas / Pero no voy a cambiarte, cariño, tu eres para conservar / Yo solía pensar que tenía que cambiar la manera que soy / Para sentirme mejor, para conseguir a un hombre / Pero una vez que dejé de intentarlo te encontré a ti / Tu me encontraste a mí / así que ahí me mantuve / Oh, sí! sé que no soy perfecta, bebé / Oh, sí! no es razón para volverse loco / Oh, sí! niño siempre podes contar conmigo / Para bien o para mal siempre serás importante / Ahora que te he encontrado / Has cambiado mi vida / Porque tu eres el que me mostró que / Tengo todo bien / Nosotros nunca vamos a diferir porque sabemos que es verdad / Así que no me cambies y no te voy a cambiar / (...)

La realidad es que tanto el "No me cambies" como el "No te cambiaré" son, en cuanto a implicancias psíquicas, acciones complementarias. Se necesitan mutuamente y una determina la existencia de la otra, siempre que estemos dentro del campo de la salud mental.
Porque después de todo, si alguien desea cambiarnos, no está queriéndonos (ni bien ni mal, directamente NO nos quiere, pues no nos acepta tal como somos). Entonces esa persona que constantemente está criticando nuestra forma de ser, que está destacando de modo continuo nuestros defectos, recalcando lo que deberíamos transformar de nuestra apariencia (a eso exclusivamente apunta la canción) y hasta, muchas veces, el modo en que actuamos y nuestra personalidad, debe tener en cuenta que, siempre que aplique la ley de modificación para con el otro (a cualquier nivel: físico, psíquico, actitudinal, etc.), también será medido bajo esa misma norma y ahora sí: "no me cambies y no te cambiaré"; "cambiame y te cambiaré o te cambiarán".
Es importante considerar que si medimos la distancia de nuestra casa hasta Mar del Plata en kilómetros, no está moralmente ni "justicieramente" correcto, exigir que el de al lado, calcule esa trayectoria en millas, ya que no es algo común a nuestra realidad como argentinos que usamos kilómetros y no millas para las distancias. Además, estaríamos pidiendo del otro un manejo de unidades desconocidas, pertenecientes a otro país, que implican una investigación de equivalencias entre las millas y los kilómetros, etc.
Con todo esto sólo quiero hacer pensar que si actuamos como "jueces de guerra" para con los que nos rodean, no es injustificado que ellos también se manejen hacia nosotros con dicha "investidura" (la de "juez de guerra"); de hecho, está más que argumentado que así lo hagan. Y, si por alguna razón, no son aquellos a los que, de algún modo sometimos a nuestro 'piacere' de cambios los que nos devuelvan nuestra propia medicina, no cabe la más mínima duda de que siempre estará quien nos mida con las medidas en que nos encargamos de mesurar a los otros.
Así que no intentemos cambiar a los otros para que sean de la manera en que a nosotros se nos place. Aceptemos al otro tal como es y si no es lo que esperábamos, sólo dejémoslo ser, sin cambiarlo, porque no nos agradará ni un poquito cuando alguien venga y nos exija un cambio de aspecto tanto externo como interno!

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