lunes, 23 de enero de 2017

Ti ho voluto bene veramente / Te he querido bien verdaderamente

(...) Me escucharás decirte que el viaje cambia a un hombre / Y el punto de partida ahora parece tan lejos / La meta no es un lugar sino lo que sentimos / Y no sabemos dónde ni cuándo llegaremos / Pasé días enteros sin decir una palabra / Pensé que estabas muy lejos (...)



A veces tendemos a subestimar lo que nuestras emociones y cuerpo nos dicen. Ponernos rojos, nerviosos, ansiosos.... que nuestro corazón comience a palpitar, la sudoración de nuestras manos,  y hasta nuestros actos fallidos, no están diciendo a gritos que nuestro Yo está cambiando y, seguramente, en función de nuestro ambiente. La vida es constante muestra de cambio, y nosotros, claros ejemplos de adaptación homeostática. Nos movemos con el cambio, a pesar de tener todos los miedos que nos nazcan y se nos ocurran.
Y es que siempre recuerdo que he alguna vez leído, "No estarías ahí si no fueras capaz de hacerlo".
En realidad, nos embarcamos en viajes tanto reales como imaginarios, para cambiar. Para ser capaces de desarrollar más aptitudes y capacidades que hasta el momento teníamos dormidas. Para crecer y superarnos cada día. Por eso volvemos, luego, con la mente a esos lugares de dónde partimos, y ya no somos los mismos. Y muy a pesar de nuestros "pesares", nuestra melancolía de retornar iguales, es la manifestación más bella de nuestra autocreación, de nuestra evolución, de nuestro avance.
El viaje cambia a un hombre, y es verdad que por eso viajamos. El punto de partida, debe quedarnos lejos y parecernos una versión pobre y hasta minúscula de nuestro Yo. Sino, el viaje no tuvo sentido.
En el viaje, seguramente, sufriremos un shock de estrés. de emociones que brotan a medida que avanzamos, pero son justamente esas sensaciones, las que nos hacen sentir vivos, que estamos mejorando, que estamos cada día siendo mejores versiones de nosotros mismos. Y aprendemos, entonces, el concepto de Amor. Hacia Uno mismo, especialmente, y hacia el resto, que son quienes nos enseñan, nos sirven de espejo, de regla de medición, de paralelismo... Y sin entrar en la comparación, entendemos el significado de que la meta es importante no saberla a priori, sino que es algo a lo que eventualmente llegaremos, ya con sabiduría personal y Amor...
Claro, que como al mundo venimos solos, es así como, a pesar de que somos amados y ayudados por otros, debemos hacer el camino...Con nuestra propia compañía....

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