sábado, 15 de octubre de 2011

Paradise (not for me) / Paraíso (no para mí)

Decidí dividir en dos partes la publicación poniendo énfasis en cada una porque ambas poseen una luz aclaradora intrínseca y complementaria.
"Estaba tan cegada, que no podía ver que Tu paraíso no es tal cosa para "
A la mayoría de las personas nos toca vivir una situación en la que, o bien intentamos ser vendedores de nuestros paraísos y somos excelentes para hacerles creer a los demás que lo que nosotros les estamos ofreciendo es lo mejor, o a la inversa, puede que nos traten de vender paraísos y nosotros los compremos como dueños porque el vendedor usó su retórica y nos convenció de que así son las cosas.
En la vida cotidiana, todos nos vamos a topar con alguna de las dos situaciones en cierto momento y eso es algo totalmente inevitable. Todos estamos "llamados" a ser postores y viceversa. Lo que importa es cuánto nos venden y nos compramos como el mejor y más preciado objeto de posesión, de tal forma que lo hacemos centro de nuestras vidas y vivimos en función de él. Porque puede suceder que lo que nos vendan ser literalmente, un objeto, pero no es lo mismo cuando lo ofrecido es un objetivo, un estilo de vida. Muchos llegan a pensar que es lo único que vale la pena y por ende no existe NADA que inmute lo que se piensa como remuneración espiritual (o sea, todo lo que esa adquisición y consiguiente posesión, nos provoca hasta a nivel de personalidad y coacción de formas de conducirnos en la vida).
Por supuesto que no es nada fácil dirimir cuándo un paraíso "en oferta" es o no coincidente con nuestros deseos. Muchas veces, perdemos la capacidad para diferenciar las ansias reales de lo que son meros ayornamientos de un deseo parecido al nuestro pero que en verdad, sólo es aparentemente así y esconde, detrás de sus árboles, una mentira que puede llegar a ser hasta lo contrario de lo que queremos.

"Nada de alrededor mío, Yo podía ver / quiénes eran los ángeles; seguramente Yo no lo era / Y entonces estoy nuevamente destruida pues una vez más, no me puedo ver a mí"
 Y cuando dejamos caer la venda de nuestros ojos es demasiado obvio que nos sentimos devastados y desilusionados por no encontrar una correlación real con lo antes adquirido. Porque estamos tan inmerso en lo que compramos, que nos lo vendimos a nosotros mismos y en casos de extrema patología nos quedamos ciegos en cuanto a quiénes somos en realidad. Pero, no hay en el mundo quien no tenga al menos un ínfima noción de lo que muy dentro desea. Ese sentirse destruido se da por causa del dolor psíquico que nos provoca no poder sernos fieles a quienes somos. Pero el sentimiento de deseo existe en todos, sin duda. Y hay que dejarlo actuar para que nos muestre el camino que estamos "destinados" por Nosotros Mismos, por nuestro Deseo, a seguir. Es cuestión de anhelar, para poder SER. Así podemos ver que somos también nosotros, ángeles alrededor; muchos así nos consideran, entonces ¿por qué no poder ver los ángeles que somos e iluminan la vida de los demás y dejar así de sentirnos devastados porque no vemos esa grandeza de lo que realmente somos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario